Vamos a seguir con nuestro camino hacia los 1000 GP de Ferrari y hoy nos toca abordar la despedida de Enzo Ferrari en 1988. La desaparición del alma de Ferrari marca un antes y un después en la Scuderia: sus decisiones y devenir en un marco de incertidumbre culminan con la llegada de Jean Todt.

Goodbye, Don Enzo

1988 era el año en que Don Enzo llegaría a su nonagésimo cumpleaños. El 18 de febrero una gran torta mostraba 90 velitas. Era el último año que la Fórmula 1 permitiría los turbo, solución que seguirían Ferrari, McLaren, Lotus, Zakspeed, Megatron (exBMW) y Osella. Y el último crédito que le daban a Alboreto. Se podría especular que su butaca duró mientras Enzo Ferrari vivía.

El 14 de agosto de 1988, la última gran leyenda del automovilismo se iba físicamente. Sin poder volver a celebrar un título como había sucedido nueve años atrás. Sería la última adquisición de Ferrari quien le ofrecería el postrero homenaje; este sería dibujado por la victoria de Gerhard Berger en el GP de Italia en Monza, secundado por el mismísimo Alboreto.

Un nuevo pozo

Sin Don Enzo al frente del timón, a Ferrari le costó un poco más de un lustro volver a los primeros planos. A Don Enzo lo sucedería Vittorio Ghidella quien dejaría su lugar en 1989, luego de fuertes discusiones con la familia Agnelli. Ghidella fue reemplazado por un caballero piamontés de antiguo abolengo, Piero Fusaro. Este cambio de nombres se reflejó en pista. Como empezaría a ser norma, lamentablemente, por casi treinta años, Ferrari comenzaría a girar en torno a un piloto. Esto sucedió con Alain Prost. Su contratación se dio en pleno duelo con Ayrton Senna. El francés dio un gran 1990, que tuvo su contracara al año siguiente. La floja performance de Alain y opiniones contrarias al Cavallino trajeron el divorcio entre ambas partes.  En ese año, Luca Cordero di Montemozolo reemplazó a Ghidella como el presidente de la empresa Ferrari.  Di Montezemolo armó el encofrado que pagaría dividendos nueve años después con los campeonatos de Schumacher. Su presidencia, que tendría uno de sus puntos más altos al contratar a Jean Todt, duraría hasta el 2014.

Volviendo a principios de los 90’s, el bienio 1992 y 1993 resultó en un período más que difícil. Por muy poco, Jean Alesi, el francés de origen italiano y de procedencia desde Tyrrell, logró mantener su lugar. Algo que no podría Iván Capelli. Iván solo duraría un poco menos de una temporada, pasando del éxtasis de conducir una Ferrari de F1 a quedarse fuera del máximo circo.

Help us Gerhard, again

Para poder salir del bienio vivido (o sufrido, como más quiera apreciarlo), la gente de Maranello señaló al mismo hombre que les sacaría de la sequía desde Austria 1985 hasta México 1987 inclusive, el austriaco Gerhard Berger.

Los resultados no fueron lo descollante de la primera etapa en la casa italiana (4 victorias a sólo 1), no obstante, esta victoria de la segunda parte del austriaco sirvió para cortar la mala racha.  Su compañero de equipo, Jean Alesi, debería esperar un año más para anotar su propia (y finalmente única) victoria personal en la F1. Parece que lo invertido en el joven de Avigñon fue demasiado en contraprestación de los triunfos logrados. En una reunión entre di Montezemolo y Todt se estaba preparando la gran revolución.

 

Imágenes: Ferrari

Fuentes:

  • Hayhoe, D. Formula 1 The Knowledge, Second edition. Veloce Publishing. 2019
  • Deschenaux, J. Gran Prix Guide 1950-1999.
  • Editorial ORBIS·FABBRI, Fórmula 1. Los bólidos, los pilotos y sus victorias. Fascículos 1 y 3. 1991.