Andre Lotterer, Sam Bird y Oliver Rowland cerraron los diez primeros. De ellos, el piloto de Envision Virgin N 2 fue el único que lograría una victoria. Esta se dio en Santiago de Chile, bajo el abrazador sol que reinaría en la carrera mas tórrida en el historial de la serie.

Andre Lotterer

El alemán Lotterer se convirtió en un aspirante casi constante a la victoria. Manejo agresivo en cada trazado se convirtieron en su mejor argumento. Casi logra su objetivo de alcanzar la victoria en  Hong Kong si no hubiese sido por un exceso de Sam Bird. Encontrado culpable de un accidente evitable, seria penalizado en favor de Mortara.  Lotterer sumó 62 puntos durante la primera parte de la temporada y logró ubicarse en una gran posición para aspirar al título conquistando la pole y el segundo lugar en Roma,

La segunda parte del campeonato había empezado con el pie derecho, volviendo a repetir el segundo puesto (detrás de Evans en Paris) pero una sequía de cuatro carreras le negó la posibilidad de pelear por el título hasta el final. Solo 24 unidades alcanzadas resultaron en una pobre recompensa para el hoy piloto del equipo Porsche. Su total = 86 puntos.   

Los anglos y el sajón acaparan las últimas tres posiciones

Sam Bird

Es increíble como un piloto del talento y experiencia del inglés Sam Bird pudiese haber sufrido un quiebre competitivo ante una penalización. Esto ocurrió en Hong Kong – ya comentado- y la performance del inglés decayó notablemente. Una pole, dos records de vuelta y la victoria en Chile fueron los puntos más altos.

En las primeras cinco carreras, Sam había sumado 54 puntos. Esto fue hasta el jinx de la ex colonia inglesa en China. A partir de allí, solo 31 unidades se convirtieron en el botín obtenido. La suma total alcanzada fue de 85, demasiado poco hasta para nivelarse a su efectivo compañero, el holandés Robin Frinjs. ¿Qué hubiera sucedido si el resultado de la carrera de Hong Kong habría sido distinto? Nunca se sabrá.

Los anglos y el sajón acaparan las últimas tres posiciones

Oliver Rowland

Un piloto de montaña rusa. Su campaña tuvo pronunciadas alzas y bajas, casi en forma continua. En parte de su justificación, fue llamado a último momento cuando Alex Albon despreció a la F-e por la F1 y huyo de Nissan e dams hacia Toro Rosso y debió, junto a Sebastian Buemi hacer frente al cambio de Renault por Nissan.

Durante las primeras cinco competencias, solo pudo sumar 6 puntos, aunque todavía está en las retinas, la notable partida en el circuito de los Hermanos Rodriguez. A partir de Sanya, Oliver comenzó a mostrar sus verdaderas cualidades. Dos poles y dos segundos puestos en Sanya y Mónaco, junto con otros buenos resultados le dieron 65 unidades en las últimas ocho carreras. Su cuenta final sería de 71.

Los anglos y el sajón acaparan las últimas tres posiciones

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