Cuando todo parecía darse casi por hecho o al menos encaminado, el maravilloso mundo del deporte del motor nos reafirma que nada está sentenciado a menos que la bandera a cuadros diga lo contrario. La remontada de Lewis Hamilton y el hachazo al sólido liderato de Sebastian Vettel camufla otro tipo de circunstancias. Gracias a los resultados unidos al infortunio y errores de Ferrari, los problemas de Mercedes han pasado más desapercibidos hasta que tras el GP de Malasia el mismo Hamilton advertía.

Todos y cada uno de los equipos coinciden en que el circuito japonés de Suzuka es uno, o quizá el más, exigente de todos. El trazado aúna curvas rápidas, enlazadas, lentas así como secciones en las que el pedal del acelerador va a fondo durante unos segundos que dan el poco respiro que ofrece la obra de John Hugenholtz (mismo creador que el Jarama). Por tanto se requiere lograr un balance cuasi perfecto en el monoplaza, haciendo de este fin de semana todo un reto que vendrá con horas de arduo trabajo en los garajes.

Aquello que los números esconden, es la dimensión que han cobrado las deficiencias del W08, según Lewis Hamilton. Una unidad de potencia con mucho despliegue que sin embargo va en un chasis cuya distancia entre ejes compromete el radio de giro en ciertos virajes. Sumando la dificultad en hacer trabajar en la ventana óptima de temperatura a los compuestos de Pirelli, cuya confección se realizó mas conservadora respecto a años anterior en términos de tolerancia al estrés térmico.

Es por ello que para solventar el dilema sea necesario recurrir a la aerodinámica. La parte que más posibilidades otorga, y que además en este fin de semana adquirirá una importancia suprema. Mercedes trae consigo actualizaciones a este nivel, aunque equiparla o no será cuestión de decidirse:

“No está decidido de momento, es un debate constante. Los chicos quieren ir en una sola dirección y estoy dudando”

“Tengo muchísima confianza y creencia en el equipo y sé que quieren ganar tanto como yo por lo que en conjunto llegaremos a un acuerdo y aseguraremos de que es la dirección correcta”, comenta Hamilton.

La duda se extiende cuando se añade un nuevo factor a la ecuación, la lluvia. Para el viernes está previsto que las precipitaciones hagan acto de presencia durante los libres únicamente. Ya que no se espera más de momento, salvo nubes que no hagan más que ensombrecer:

“Oí que va a llover mañana así que va a hacer la decisión un poco más difícil para saber cuál reglaje tomamos”

“Probablemente tomemos una decisión al final del día, tenemos otra reunión al final del día así que sobre la seis en punto más o menos habremos deliberado”, continúa el piloto.

 

 

Red Bull le enseñó a los de Brackley de qué color eran sus alarmas en Sepang. Éstas se tornan anaranjadas, hay mucho en juego ahora y grandes posibilidades de consumar. La determinación del equipo de Brackley de cara a esta carrera será crucial para apagarlas:

“Tengo confianza en que el coche funcione en alguna fase. Es solo que con la temporada avanzada aún no hay idea de dónde va estar bien, dónde será fantástico (como Silverstone) o dónde va a ser un verdadero sufrimiento como Malasia o Singapur”

“Miras a la última [Malasia], estábamos muy alejados, y de la nada obtuvimos a pole. Me las apañé para juntar una vuelta y ni yo sé de dónde vino”

“Todavía estamos liderando el campeonato, aún tenemos un coche genial, cada carrera es solo tratar entender de verdad más sobre el coche porque hay algo constantemente que nos pilla en fuera de juego”, apunta el británico.

 

 

De esta forma vive Mercedes un jueves de preparación para una carrera que para sus intereses deben imponerse al menos a Ferrari. Estas palabras de Hamilton para la web americana Motorsport pueden sonar a preocupación, un estado mental que han venido mostrando desde Singapur. De tratarse de una mera estrategia, solo se verá cuando se enfrenten de tú a tú con los de Maranello en pista.

 

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: Sutton Images