• Verstappen logra una nueva victoria y amplía su dominio en el Mundial.
  • Pérez realiza una remontada épica y se desquita de sus últimos fallos.
  • Sainz acaricia el podio pero no lo consigue y Alonso finaliza sexto.

Si Red Bull ya era el claro favorito para arrasar desde el inicio del campeonato, más las tenía consigo este fin de semana en Austria, el país natal de la escudería. Verstappen voló, Pérez remontó y solo Ferrari tuvo la osadía de plantar cara al equipo de Christian Horner.

La carrera comenzó con un Verstappen a la defensiva, cortando el paso a un Charles Leclerc que fue con todo. Sin embargo, las ilusiones fueron vanas. Ya en la primera vuelta, el coche de seguridad tuvo que salir a pista por un pique entre los coches del final de la parrilla. Varias piezas cayeron en la pista, teniendo que entrar Tsunoda en boxes a cambiar su alerón delantero.

Fue dos vueltas más tarde cuando volvió todo a la normalidad, con Verstappen volviendo a reventar el crono para hacer su primera vuelta rápida de la carrera. Y, apenas unos instantes después, los comisarios empezaron a advertir, con banderas blancas y negras, de que los pilotos no podían realizar adelantamientos a cualquier precio.

El motivo: los track limits. La polémica empezó con Lewis Hamilton, que los rebasó en varias ocasiones, y fue Lando Norris quien empezó a quejarse. En la vuelta 7, protestaba de que Hamilton ya se los había saltado hasta en tres ocasiones.

Fue en la vuelta 17 cuando a Hamilton le cayeron 5 segundos de sanción por seguir a lo suyo, sin respetar los track limits, y muy a pesar de las continuas advertencias. A partir de entonces, los comisarios empezaron a repartir sanciones a diestro y siniestro.

El siguiente en ser sancionado fue Tsunoda (que recibió posteriormente una segunda sanción). Y tras él, fueron Sainz, Albon, De Vries, Gasly, Sargeant y Magnussen los siguientes en ser sancionados. En un soberbio espectáculo de banderas blancas y negras, los comisarios decidieron pasar a la acción no dieron abasto con tanta sanción, tras avisos que se repitieron una y otra vez. Hasta ocho pilotos cayeron penalizados.

EL DOMINIO DE LA CARRERA

Sanciones aparte, Verstappen se consolidó como el gran dominador de la carrera. Solamente en su primera parada, cuando fue adelantado por los Ferrari, hubo algo de emoción en la zona delantera. Tras recuperar la primera posición, algo que le costó tan solo 10 vueltas, lo interesante estuvo en los puestos restantes del podio.

Leclerc consiguió hacerse con el segundo puesto a casi 30 vueltas del final, y no se movió de ahí, mientras Pérez batalló con Sainz en una dura pelea solo digna de grandes pilotos. El español no se rindió y plantó cara hasta el último instante, aunque fue finalmente el mexicano quien se hizo con el bronce. Carlos Sainz tuvo que conformarse con un agridulce cuarto puesto.

Red Bull y Ferrari fueron los grandes dominadores de la carrera, muy por encima de Mercedes y Aston Martin. Estos no dieron el nivel y se conformaron con unas posiciones de la zona media, aunque bastante alejadas de lo habitual en comparación a lo que hemos visto en pasadas carreras. Stroll logró el último puesto de la zona de puntos, quedando 10º. Alonso logró la sexta plaza, quedando por delante de Hamilton y Russell, respectivamente.

LOS FIASCOS, DE DOS EN DOS

Las mayores decepciones de esta semana fueron los Haas. Hulkenberg, que tuvo que abandonar en la vuelta 13 por una avería, provocó un segundo Safety Car que llevó a los equipos a mandar casi todos los coches a boxes para cambiar neumáticos. Magnussen quedó último y no cumplió con las expectativas tras quedar fuera su compañero de equipo.

Los Alfa Romeo de Zhou y Bottas quedaron obsoletos demasiado pronto. El piloto chino comenzó bien la carrera, pero fue un espejismo. Bottas, más de lo mismo; su monoplaza daba señales de agotamiento, incapaz de superar siquiera a los Alpha Tauri.

Estos últimos tampoco entraron en la zona de puntos. Tsunoda se vio lastrado desde el inicio de la carrera por su alerón delantero y sus dos sanciones y De Vries tampoco dio la talla, teniendo ya pie y medio fuera de la escudería.

Alpine tampoco estuvo fino. Ocon, que subió al podio hace tan solo tres carreras, en el GP de Mónaco, quedó fuera de la zona de puntos, y Gasly puntuó por los pelos, tras una dura batalla con los Williams.

CHECO PÉREZ, LA GRAN SORPRESA

La mayor sorpresa de la carrera fue el Checo Pérez. Saliendo en las posiciones finales, completó una remontada al más puro estilo Verstappen, y logró un merecidísimo podio que consolida la hegemonía de Red Bull.

Por otra parte, el McLaren de Lando Norris rozó el podio, siendo la primera vez en esta temporada que la escudería se cuela en el top 5. El antepenúltimo puesto de Óscar Piastri quedó en un segundo plano gracias a la formidable carrera de su compañero.

Williams volvió a dar buenas sensaciones, aunque no logró puntuar. Albon sigue creciendo y Sargeant mejora carrera a carrera. Es cuestión de tiempo que veamos a este joven de 22 años llegar al nivel de su compañero. Esta escudería no tiene nada que ver con el Williams de 2022, uniéndose ahora a la lucha por los puestos de la zona media.

Ferrari mejoró muy notablemente su versión y da esperanzas de ser el equipo competitivo que el año pasado plantaba cara a Verstappen. Con Leclerc en el segundo puesto, y Sainz a punto de subir al podio (quedó finalmente 4º), hay esperanzas de que la segunda mitad del campeonato sea mucho más agradable para ellos.

Y Verstappen, ahí sigue. Ganando, sumando, y lanzándose a por un nuevo título, que sería el tercero consecutivo.

Gran Bretaña será la próxima prueba de fuego para unos pilotos que tienen ganas de más, y que nunca se conforman. Max Verstappen, como viene demostrando en los últimos meses, es el mejor ejemplo de ello.

 

Autor del artículo: Enrique Forján

Imagen: F1