El equipo Alpine, busca solucionar la deficiencia en performance con respecto a sus rivales con una actualización de software que debería ayudar a la gestión de la energía, algo a mejorar mucho en el E-Tech 2023.

Con la introducción de las unidades de potencia híbridas en 2014, son muchos los altibajos que han tenido los galos en relación a la unidad de potencia. Sin embargo, nunca han logrado tener una unidad competitiva como si lo han hecho Mercedes, Ferrari e, incluso, Honda. Es por eso por lo que, a pesar de la congelación en vigor a partir de 2022, los ingenieros siguen trabajando en las unidades actuales, y Bruno Famin confirmó que de cara a la nueva campaña están trabajando en este software.

Desde 2022, los franceses han conseguido ir cerrando la brecha con los principales motoristas, aunque siguen teniendo ciertas carencias que buscan solucionar de cara a las próximas temporadas, ya que están en clara inferioridad técnica.

Bruno Famin ha comentado esta situación, en la que alega lo siguiente: “Hasta 2021, estábamos bastante lejos, y estoy seguro de ello porque en 2021 todavía estaba la FIA y tenía los datos de todos. En 2022, todavía estábamos un poco por detrás, pero más cerca, y trabajamos en varios frentes, con un coche completamente nuevo también para integrar mejor la unidad de potencia. La gente dice que entre Enstone y Viry no hay una buena colaboración, a veces es verdad, pero a veces funciona muy bien, el propulsor en este caso se diseñó para obtener una mejor integración en el monoplaza, para dar más espacio al desarrollo aerodinámico”.

El director técnico comenta que, a pesar de la falta de fiabilidad del motor, el objetivo es seguir extrayendo rendimiento. Aunque eso signifique sacrificar aún más la fiabilidad, que ya les jugo una mala pasada a lo largo de la temporada 2022.

Aunque no es la mejor de la parrilla, seguimos exigiendo rendimiento, aun a riesgo de tener problemas de fiabilidad, como ocurrió el año pasado por desgracia. Tuvimos algunos contratiempos, que no están realmente relacionados con el motor en sí, pero fue la bomba de agua que no estaba en el lugar correcto y no era lo suficientemente grande”.

“Eso estaba causando problemas, así que tuvimos que retirarnos muchas veces debido a las fugas y a la presión del agua, pero lo arreglamos modificando y moviendo la bomba de agua”.

La congelación de los motores no afecta al software

A pesar de la congelación de los motores, aún se puede seguir trabajando en el software, como están haciendo todos los motoristas.

“Por supuesto que seguimos mejorando la unidad de potencia. Es cierto que, en general, no podemos cambiar el hardware [la parte física], pero una vez al año podemos cambia el software, podemos homologar uno al año, y estamos trabajando para hacerlo en la temporada 2024. Eso nos ayudará a mejorar la gestión de la energía”.

“Está claro que gran parte del rendimiento de esas unidades tan complejas procede directamente del ICE [motor térmico], pero también depende mucho de la energía que seas capaz de recuperar y liberar a través del MGU-K. Tenemos claras deficiencias en ese aspecto, recuperamos menos energía que nuestros competidores”, aseguró.

“Estamos trabajando en ello, no podremos recortar distancias, pero seguiremos trabajando en la gestión de la energía para acercarnos”.

No obstante, a pesar de tener gente trabajando en la mejora del software, el ingeniero asegura que la mayor parte de recursos están únicamente dedicados a las unidades de potencia de 2026.

Ya hemos decidido destinar todos nuestros recursos a las unidades de potencia de 2026. Todos los fabricantes han estado trabajando en las nuevas unidades de potencia desde entonces, asignando más recursos a medida que avanzaban, nosotros ya estamos dedicando nuestros recursos a la próxima generación”, resaltó para finalizar.

 

Imagen: Alpine F1